LA CAMISERÍA NO SE CONSUME, SE DISFRUTA

La moda cambia, la camisería trasciende, y en este taller hacemos camisas de las que no caducan y eso, en un mundo obsesionado con lo efímero, es un acto subversivo.

Si nos lleva décadas construir nuestra identidad, ¿qué sentido tiene dejar que nos la dicten cada seis meses?

Vestirse es un ritual, un acto privado con consecuencias públicas. Una forma de decirle al mundo quién eres sin necesidad de abrir la boca (ni la cartera cada dos meses).

La camisería es cultura. Como el cine, la música o el buen vino. No se consume, se disfruta.

La camisería es un idioma internacional que transciende el tiempo y las convicciones. Compañera fiel en todas las batallas y sus inevitables treguas que, sin hacer ruido, han protegido la piel y el ego. Y seguirán haciéndolo.

TERESA BALLESTÉ es un refugio para los que prefieren “lo bien hecho” a lo “recién inventado” y un respiro en estos tiempos que nos ha tocado vivir.

Una camisa bien hecha te acompañará para siempre y hay cosas que, por suerte, nunca pasarán de moda.